Muy de Paula

Atrapada.  Atrapada me encuentro en este mundo. En este mundo tan mio, como tan poco vuestro Ahogada entre la música del caminar de la gente, y la brisa que dejan a cada paso que dan al frente. Y si, nada tiene sentido oigo voces aterciopeladas acariciando cada una de las palabras preguntándome -¿Qué haces?- ¿Qué hago? ¿Qué estoy haciendo? ¿Quién soy? ¿Qué es mi vida? Esto parece roma, eso de que todos los caminos llegan a roma y no sabes como salir de ella, pues esto es. Un laberinto sin sentido, sin explicaciones, ni respuestas, ni llamadas de socorro, ni comodín de la llamada. ¿Qué nos ha pasado?  Desde que te fuiste todo esto, es esto, este lío que has formado que ni tu mismo sabes como desenmarañar lo. Y sí. Sigo atrapada en ese mundo que aguardas en tus ojos, al igual que sigo caminando por la calle como si fuera flotando acordándome de ellos. Últimamente vivo escribiendo poemas sin sentido, por que no se ni que palabras usar para que entiendas

Es ese brillo. Ese es brillo en los ojos que solo tu sabes cuando mostrarlo. Es es el cual veo cuando nuestros labios se posan uno junto al otro. Por que no quiero ver otros, no quiero ver otras pupilas que no sean las tuyas, no quiero ver mi reflejo de las mañanas en otros ojos que no sean los tuyos. No quiero. Me niego a verme reflejada cada noche entre las sabanas en ojos de otro. Me niego a vivir sin verlos. Hoy pongo grito en el cielo, y canto libremente que no quiero otros ojos, ni otras mirada, ni otro brillo que no sea el de tus ojos. Ya no tengo por que llorar le a la almohada el quererte y no tenerte, ahora en la cama son dos almohadas, pero ya sabes, nos gusta usar una, por eso de poder dormir juntos a todas horas. Ya no tengo que sentarme frente a la ventana esperando a que una nube refleje mis pensamientos y otra los descargue por las calles enteras. Ya no tengo que mirar las flores y sentir que son secas. Ya no tengo por que mirar fotos y ver mi

Y me dí cuenta. Me dí cuenta en lo injusta que fui por no dar más de mí. Lo injusta que fui por no apreciar todo lo que tenía. Y en  ese momento me dí cuenta. Fue en ese momento. No se a que hora, ni a que minuto, ni a que segundo me di cuenta de lo que realmente pasaba. Te amaba. Me di cuenta cuando empezaron a correr las lágrimas por mis mejillas. Cuando esas minúsculas proporciones de agua salada golpeaban mi almohada en mitad de la noche.  Cuando solo deseaba dormirme para saber que aún estabas a mi lado. Me di cuenta que te amaba. Me di cuenta de lo injusta que fui. Y decidí. Decidí quererte, como a nadie. Decidí darlo todo, como nunca antes había dado por algo. Porque quizás hoy estas pero mañana no, y dime ¿por que cojones no tengo que disfrutar contingo el presente y dejar de pensar en un futuro ficticio? No pienso dejar los besos que pueda darte hoy para mañana.  No pienso dejar los abrazos, ni las caricias, ni nada por el estilo par

Y ayer sin más apareciste. Después de tanto tiempo esperándote. Después de haber derramado tantísimas lágrimas. Apareciste sin más. Sin avisarme, ni darme cuenta de que estabas allí. Me di cuenta de que ya no era lo mismo. Que la mirada, ni las palabras ni tus labios eran los mismos. Pero joder. Que ingenua. El corazón me latía a mil con solo mirarte a los ojos. Te miraba y sentía. Sentía todo aquello que llevaba muerto por tu huida. Sentía que aún te quería, pero que ya nunca estarías y joder. Que duro se hace el tener que verte a los ojos y ver ese brillo que antes brillaba junto a mis labios. Que duro es tener que despedirme con un simple gesto cuando antes me decías ''No me gustan las despedidas, me cuesta mucho despedirme de alguien que quiero tanto''. Y ahora con un simple gesto te marchabas. Y sí. Soy aquella ingenua aún enamorada de ti, de tus pasos y del sonido de tu risa. De esa sonrisa tan perfecta joder. ¿Tu sabes lo qu

Y sí fue en ese momento. En ese preciso momento donde me di cuenta de lo verdaderamente importante. ¿Qué cuántas vidas tenemos? ¿Acaso tenemos una cuatro o cinco para ir probando? Tenemos una. Una sola. Una para aprovecharla. Para vivir la, para hacer locuras. Para tirarte los fines de fiesta. Para estudiar. Para ser ambicioso y conseguir tus sueños. Para bailar bajo la lluvia. Para vencer todos esos miedos. Para querer. Para amar. Para que te quieran. Para disfrutar. Para llorar. Para vivir la vida. Sin límites ni prejuicios, vivir la sin más, a tu manera sin que nadie te pare. y si. En ese preciso instante me di cuenta de que la vida se me iba. Que poco a poco iba dejando ese humo del tren. Se marchaba. Y yo, yo aún seguía en la estación. Y sí. El otro día me di cuenta. Yo sé ni en qué segundo, ni minuto ni hora. Pero cogí el tren y ahora era yo quien dejaba el humo del tre

Todo puente tiene una carta. Una rosa y una historia. Todo puente ha tenido una discusión, y unas cuantas lágrimas. Todo puente tiene unas uñas aferradas a los barrotes, a aquellos recuerdos que por mucho que queramos los tenemos amarrados a eso tan frío del corazón.  Y sí. Todo puente tiene una carta. Esa en la que me despido, y te cuento todo lo que te he querido. En esa en la que te inculpo de haberte ido. Así, sin más. Como siempre ocurre. Estoy harta de escribir el mismo poema con papel y letra. Siempre contando que te fuiste de la noche a la mañana, sin ninguna carta, ni rosa. Y hoy. Hoy me he levantado más débil que nunca. Con ganas de dejar a fuera todo aquello que llevado dentro desde que te fuiste. Hoy te escribo desde este puente. Hoy te escribo una carta. La carta de mi puente. Para que cuando la leas, yo ya estaré lejos. Haciendo mi vida, y sabiendo que ya no quiero tu despedida. A diferencia de ti, yo te escribo esta poesía

Y sí. Eso somos. Somos un puñado de agua. Cada uno a su manera, dulce o salada. Somos eso.  Agua. Unas simples gotas en un inmenso mar. Y como buena agua chocamos. Si chocamos, contra barcas, tierra, arena... ¿Pero qué pasa cuando chocamos contra las rocas? ¿Qué significa eso de, ''cuando el agua golpea las rocas salpica espuma''? Toda esa espuma somos nosotros. Nuestros pensamientos, nuestros problemas... Todo aquello explota. Sale al exterior. ¿Y qué? Por mucho que gritemos a los cuatro vientos todo lo que aguardamos dentro somos eso, agua. Simplemente unos conjuntos de gotas, perdidas en un mar inmenso.

¿No ves que yo te quiero más? Eres la suave primavera que recorre mi cuerpo, mis labios, mis pensamientos y locuras. Eres esa chica fría la cual nadie acepta pero si la conoces es más cálida que un 40 de mayo. Y sí. Todos tenemos nuestro otoño metido en nuestro cuerpo. Todos necesitamos caer como las hojas de los árboles y volver a las ramas cundo hayamos aprendido a volar en contra dirección. Y sí. Eres mi primavera, mi verano, mi otoño y mi invierno. Me enamoré de ti. De la manera la cual uno ama las estaciones, las flores o los copos de nieve. Y tú ahí. Siempre. Tan sencilla como de costumbre, con tus manías, tus defectos o tus virtudes. Y aquí estoy. Intentando que no descubras que cada vez que cambiamos de estación me muero por ti. Cada 21 de Marzo, de Junio, de 23 de Septiembre, cada 21 de Diciembre, y cada cambio de año. Me muero por ti. Por tus ojos verdes que reflejan tu alma arañada mezclada con un brillo que jamás había visto. Por tu cabell