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Tu propia huida

Acostumbrada siempre a soportar el dolor de ver un vuelo partir, de quedarte en la terminal con una mano delante y la otra con el puño cerrado. Siempre se piensa que es lo peor que te puede ocurrir,  que no hay salida, que es un pozo sin fondo y que nunca se supera. Siempre pensamos en ello, sin perspectiva de futuro, sin sacar la parte positiva,  sin saber que cada decisión mueve el mundo, y con ello, nuestro destino. Un poco caprichoso si que ha sido, pero supongo que como todos, nos da la oportunidad de seguir con visión o sin ella. Pensando que siempre era lo peor descubrí que hay mucho más allá.. Lo peor es tener que planear tu propia huida. Dar vueltas en la cama sin saber como solucionar las miles de cosas que vas a tener que afrontar,  demasiadas horas de insomnio pensando por que puerta haría menos ruido,  que explicación poder dar a todo el dolor recibido.. y lo más importante, como perdonarme. Supongo que el perdón no es

Sobrevivir

La vida pasa y cambia, cambia tan radical como los 140km de ida y vuelta y los poco 20 km que me separan ahora.  Cambiar tanto como una hora y media en tren para replantear toda una vida, entrar sola y salir acompañada, y cuando digo acompañada me refiero a compañeras de vida.  Mantener y reforzar lo que ya tenia, guardar y cerrar todo aquello que dolía y renovar o reemplazar todo aquello que no estaba estable.  La vida cambia, y tan solo me ha bastado menos de un año para comprender que la cuestión no es “vivir” si no, sobrevivir.  Creo que se va a hacer mi nueva palabra favorita,  sobrevivir a la vida,  a los cambios,  a las nuevas metas  y a las cosas que no nos gustan.  Sobrevivir a ti misma,  a las nuevas personas  y a las despedidas.  Sobrevivir. 

A kilómetros

No sé que me enamoró de ella,  si fue su pelo dorado con destellos, su fragancia  o sus ojos. Que ojos.. Creo que nunca podré olvidar una mirada tan intensa, perdida,  pero a la vez con tantas ganas de correr y matar al tiempo. Los años pasan,  pero los recuerdos persisten. Los cachos que quedaron de ti en mí aún no han curado,  y no es de extrañar. Eres de es tipo de pasta limitada, de esa que no se encuentra, y si lo haces, madre mía si lo haces.. Agárrate por que vienen curvas,  pero también los mejores momentos de tu vida. No solo hablo de sexo, hablo de risas, de complicidad, de miles de te quieros,  de discusiones tontas sin sentido que acaba en una de tus risas. Por que menuda risa,  escandalosa y alocada, casi como tú, pero que felicidad escucharla. Ya no sé si hablo de ti en pasado o en presente,  ya no sé si hablaré de ti en un futuro,  ya que muchas veces el alma calla y el corazón sufre. No lo sé. Solo

Quién sabe

¿Realmente sabemos nuestra historia? Vagamos por la calle a veces sin rumbo,  escuchando música para no escuchar la inmensidad que nos rodea,  por que seamos francos,  a veces,  asusta. Algo tan grande y a la vez tan desconocido, con tan pocas alas con las que volar y tantos sueños fracasados. Soy del 99,  de la generación bautizada como la perdida,  la sin recursos útiles, la cegada a una pantalla. Soy de esa generación de personas que la música le salva de un aprieto,  que una llamada es mejor que un premio  y que las mejores quedadas son comer pipas en un banco. Hay quién nos llama vintage, yo lo llamo progresar con los recursos que tenemos y con los que tuvimos, mejorar nuestras capacidades y superarnos. Somos almas con un sueño, o quizás varios,  quién sabe. Somos de los que salimos de casa con ganas de comernos hasta el último centímetro. Y no hablemos del amor..  por que creo que somos más sentimentales que