Muy de Paula

Y aquí sigo, a 11 días de que se cumpla dos años de tu huida. Aún sigo recordándote como el primer día. Aún sigo sintiendo todo lo que me hiciste sentir en tan poco tiempo, en aquel invierno tan crudo, en aquel invierno que tanto me costó sobrevivir. Lo recuerdo todo perfectamente. Apareciste en mi vida un X de Diciembre como aquel que sale a la calle a ver llover.  Tu afición era ver las gotas caer por la ventana, y que casualidad nuestras ventanas eran como dos vecinas una enfrente de la otra, con unos 10 metros de calle, en los cuales ,eran mis 5 minutos preferidos hacia tu casa. Lo recuerdo todo perfectamente. Tu cama pegada a aquella ventana, tus sabanas suaves, tu perfume, tu risa, tu respiración. Recuerdo cada una de las horas en tu cama, tapados con las sabanas mientras veíamos llover. Tengo cada recuerdo de esos grabados en verso, en blanco y negro para hacerlo más aún de película de lo que tu lo  hacías ser. Tengo cada risa tuya grabada en mi m

Que rara se me hace la espera, cuando todo depende de mi. Se ve tan lejos la puerta. Tan oscura se ve la luz. ¿Tanto me queda aún? Nadie lo sabe. Tan poco tiempo en caer. Una sola acción, un solo pensamiento. Un millón de consecuencias, que te pasan factura. Que larga se hace la espera. Que oscura se hace la luz. Que lejos se ve. ¿Tanto me queda aún? Que de los errores se aprende. Que de los baches uno se hace fuerte. Que solo hace falta paciencia, y fuerza de voluntad.  Que algo grande me depara, lo presiento. Pero dime destino, ¿tan grande es lo que me depara, que quieres que me pase todo esto para ser tan fuerte?

Aún recuerdo esas tardes tumbada en tu cama  mirando por la ventana como llovía.  Recuerdo que siempre estabas al lado mía,  y me decías 'los días grises son lo mejores'.  Recuerdo mirarte a esos ojos tan bonitos,  y nada mas el primer suspiro besarte. Recuerdo tu mano rozando mi espalda,  palpándola centímetro a centímetro,  y susurrándome al oído eso de 'tranquila'. Llegaron las tres de la mañana. Me dormí.  Recuerdo despertar y no verte a mi lado. No había ninguna flor. No estaba el café de todas las mañanas. Tampoco estaba tu olor en la cama. Recuerdo mirar por tu ventana y ver amanecer. Te habías ido. Te habías ido sin decir nada. Y me dormí. Volví a dormirme. Me dormí con la esperanza de volver a despertar y verte a mi lado. Y aquí sigo. Durmiendo al borde del despertar.

Ya nada es lo mismo. Nada de lo que fue, es ahora. Nada lo que fuimos, somos ahora. Después de tanto tiempo, ya no son las mismas miradas, ya no son los mismos mensajes, ya no son las mismas caricias, ni los mismos poemas. Ya no queda nada. Ya no queda nada de ese sentimiento de culpa por pensarte. Ya no queda nada de ese acelerón de corazón nada más verte. Ya no queda nada de esas noches en vela pensando en ti. Ya no queda nada. Ni siquiera el poema de tu regreso , el cual desapareció hace demasiado tiempo. Ni siquiera el sentirme culpable por no tenerte, o el pensar que de la noche a la mañana vas a volver con tu música en los labios, que ingenua. Ya no queda nada de lo anterior. Ya no se ni como sentirme, ya no se ni como me siento, ya no se si siento o si tu huida también fui la huida de mi corazón. Ya no se que siento por ti o por mi,o por nosotros,  no lo sé. Lo único que se es que yo he emprendido un camino distinto al tuyo, un camino disti

Quería ser esa poesía que nunca se cansaba de leer. Quería ser su poema favorito, su verso perfecto, y que escribiese cada noche sobre mis lunares los nuevos comienzos. Quería ser esa. Pero sólo era un poema más entre miles de hojas llenas de otros versos que no estaban acabados, quemados o ni siquiera se acordaba de haberlos escrito. Quería ser esa. Quería ser aquella a la que mirara cada noche con ganas de gritar le al mundo que solo era de él y que nada podía arrebatar le ese poema. Pero como las hojas que caen de los árboles, hay veces que los papeles también se vuelan. Y así fue. Se voló el único papel que había de mis poemas, se acabó ser su poesía preferida, su verso perfecto y su dulce armonía.

Una noche más he pasado sin tenerte a mi lado, sin sentirte, sin saber nada de ti, sin oír tu respiración ni el latido de tu corazón al compás del mio en todas las noches frías que tiene Abril.  No se nada de ti. Al igual que no soy para ti ni tu eres para mi, ni los dos somos para nosotros debajo de esta lluvia de Abril. Ya nada tiene sentido si tu no estás en mi camino.   Pero, todos los segundos me he preguntado si alguna vez fuiste mio, o simplemente fue cosa del destino. Ya no lo sé, ni creo que importe.  Vivo atrapada en ese 25 de abril en el cual deje de sentirte. Dejé de quererte, como aquel que cansa de mirar la lluvia por la ventana y se pone a leer. Dejé de abrir esa puerta e intentar buscarte, la cerré. La cerré con candado y llave para no tener que ahogarme en ella otra vez. Dejé de sentirte en todas las noches que tiene Abril.

Me encontraba atrapada, me encontraba atrapada en aquello que muchos llamaban vida. En eso tan sencillo como despertar vivir y acostarse, eso duraba 24h durante 365 días al cabo de vete tu a saber cuántos años. Si, eso era "vida" Aquella cosa que yo no sabía ni como vivirla. Me metía bajo el agua y miraba al sol, como si pretendiera recibir alguna respuesta y salía a la superficie con la esperanza de que alguien me la gritara.  Que ingenua. Perdía el tiempo , o eso me parecía a mí. Pero viendo como vivía, viendo con las ganas que vivía parecía que el tiempo jugaba en mi contra Sin sonrisa, sin risa, sin ganas y sin rosas cada mañana. ¿Para quien vivía? ¿Para quien sonreía? ¿Para mi? "Ingenua, ingenua, abre los ojos" Eso me decía algo que yo oía en mi cabeza cada mañana cuando me miraba al espejo y veía ese huracán de preguntas sin contestar Pasaban los días, los meses, los años, con la esperanza de encontrar la respuesta a una pregunta tan se

Quizás solo necesitaba darle tiempo al tiempo. Darle esa pizca de oxigeno para poder respirar y ver las cosas con claridad. Por que si, hay veces que estas tan sumergida en el túnel que no ves luz mas allá del pozo, y la única luz que hallas es la de la luna refleja en el brillo de tus ojos a media noche. Hay veces que nada parece lo que es, nada es lo que todo el mundo cree saber, ni nada de lo que Sabemos es lo que realmente creemos. Solo hay quedarle tiempo. Darle tiempo a ese intervalo de segundos infinitos. Ese tiempo que algunos se les hace mas cortos que a otros. Yo solo digo que cada mañana mirare al frente orgullosa de haber caído en ese pozo sin fondo, y poco a poco a ver encontrado ese rayo de luz que me dirigía a la salida. Por que todo pez se ahoga en el agua alguna vez, toda persona decae , y todo corazón se rompe pero, ¿ que sería de nosotros sin esos errores? Tenemos edad de eso, de caer, caer y caer, de ahogarte y tirar a flote, de estamparte y recuperar te

Y si, así era ella. Tan fría, pero a la vez tan ardiente cuando sonreía. Llevaba la primavera mezclada con el invierno encima. Ella era así, de esa manera que nadie la entendía, incluso ni ella misma se entendía. Se miraba al espejo con la esperanza de ver algo nuevo cada mañana, pero nada. Seguía siendo la misma chica con esa pequeña esperanza. Se levantaba, se dormía, suspiraba y pensaba, ¿Cuándo cambiare? ¿Cuándo va a cambiar todo esto? Pero nadie respondía. Parecía que ninguna de esas preguntas tenia respuesta, pero ella seguía esperanzada, con ese sueño de levantarse y mirarse y verse perfecta. Por que ella quería ser perfecta. Quería tener un cuerpo de infarto de esos que queremos todas, ese cuerpo que la torturaba desde hace tiempo. Quería tener el pelo liso y largo, una bonita cara, y un carácter dulce y alocado. Quería ser la mejor, y eso la llevo a consumirse a ella misma. Como un cigarrillo en una noche apagada…, como cuando quemas una carta y y

Éramos como el Ying y el Yang, tan parecidos pero a la vez tan opuestos el uno al otro, más bien éramos tan diferentes que eso nos hacía querernos tanto. Tú con esas ganas de vivir, siempre dispuesto a hacer locuras, a probar cualquier cosa. Eras ese chico con ganas de más aventuras, aquel se enfadaba cuando veía a alguien que quería sin ganas de vivir la vida tal y como la veía el. Era ese chico con ganas de fumarse el mundo calada a calada, que no le importaba quedarse hasta las 6 de la mañana para ver el amanecer desde su terraza y admirar que tenía un día más para disfrutar de ello. Tu tan tú, tan auténtico y vividor. Yo tan yo, tan comedida, tan comedida, tan sin ganas de nada. Con miedo a vivir más de la cuenta, a disfrutar y caerme y no poderme levantar, esa era yo. Tan opuesta a ti que no sabía ni como me amabas tanto. Tu tan tu y yo tan yo, tan opuestos. Tú con esas ganas de enseñarme ese mundo que me estaba perdiendo, ese mundo que podíamos haber compartido. Y