Chica precipicio
Ese miedo irrefrenable. Ese que me invade cada madrugada. Ese miedo a que sepas como soy, como fui, y cuales son mis miedos. Vivo en un continuo precipicio, luchando contra mí, contra esa pequeña esperanza; para que no se escape. Esperanza. Esa pequeña esperanza que creía tener, esa que se acababa poco a poco. Lágrima tras lágrima. Así vivía yo, con el corazón en el puño, por si descubrías que amabas a una chica. Pero no una chica cualquiera, si no, una chica precipicio.